El Partido Popular de Asturias ha acusado al Gobierno autonómico de incurrir en un nuevo caso de “puertas giratorias” tras el nombramiento de la exconsejera de Educación, Lydia Espina, en un puesto del Instituto Adolfo Posada. La diputada popular y portavoz de Educación, Gloria García, denunció en rueda de prensa que se trata de un “acomodo político” para mantener a Espina en la órbita socialista después de dejar el Ejecutivo.
Según explicó García, la plaza asignada a la exconsejera es de nivel 26, equivalente al de los inspectores de Educación, e incluye un complemento de exclusividad de 1.780 euros.
Procedimiento bajo sospecha
La diputada del PP recordó que la dimisión de Espina se produjo el 2 de junio y que apenas tres días después, el 5 de junio, se abrió el procedimiento para cubrir la vacante ocupada hasta entonces por Soledad Saavedra, viuda del expresidente Vicente Álvarez Areces. “Al final, todo queda en casa”, censuró.
El grupo popular ha solicitado el expediente completo del proceso para conocer los criterios utilizados en la concesión de la plaza y los méritos de los otros 16 aspirantes que, según el Gobierno, optaban al puesto. “Exigimos transparencia: no puede ser que una plaza así acabe, una vez más, en manos de alguien con carné socialista”, criticó García.
“Un caso más de puertas giratorias”
La diputada popular calificó la situación como un nuevo ejemplo de puertas giratorias en el Ejecutivo de Adrián Barbón. Además, cuestionó que el Gobierno presente la plaza como de carácter temporal: “¿Temporal hasta cuándo? ¿Hasta las próximas elecciones municipales?”.
García también señaló la contradicción entre la supuesta voluntad de Espina de apartarse de la política y su papel como secretaria general del PSOE en Villaviciosa: “¿De verdad se aparta de la política quien mantiene un puesto orgánico de tal relevancia?”, concluyó.