Aurelio de Llano, en su obra “Del folklore asturiano: mitos, supersticiones y costumbres” (Madrid 1922), describe así un amagüestu.
El magüestu se hace en el campo, y consiste en colocar castañas sobre árgoma u otro combustible al que se le pega fuego y con un palo las revuelven para que reciban el calor uniformemente.
Son muy divertidos los magüestos que se organizan los días de fiesta por la tarde en la falda del monte o en un prado bañado por el sol y al abrigo del viento.
Mozos y mozas después de comer las castañas y tomar sidra dulce forman un baile sobre la alforma del prado. Y al oscurecer, regresan al pueblo cantando canciones del país.
Como vemos, el amagüestu es una de nuestras tradiciones más consolidadas, de la que sabemos que es una fiesta pagana con un origen que se pierde en la noche de los tiempos, aunque podemos dicir, sin miedo a equivocarnos que las referencias más cercanas son las relacionadas con el pueblo celta.