26/09/2025

Escapada otoñal a Luarca-Valdés en clave slow

Planes para bajar el ritmo y conectar con la esencia de Luarca-Valdés

Cambiamos de registro para preparar la primera escapada de la temporada a Luarca-Valdés. Ahora, cuando apenas quedan turistas, tan solo algunos peregrinos en su travesía a Santiago, y el buen tiempo nos permite disfrutar del escenario más tranquilo y auténtico de la costa occidental de Asturias. Vamos a descubrirlo en “clave slow”.

Nos sumergimos en la esencia marinera de la Villa Blanca de la Costa Verde caminando por sus barrios de origen medieval, visitando su lonja de pescado o probando sus productos en un paseo gastronómico por el muelle. También exploraremos las profundidades del mar Cantábrico en una expedición submarina para maravillarnos con la biodiversidad de este rincón de la costa protegida. Arte, artesanía y producto local se mezclan en el mercado tradicional que se celebra cada segundo domingo del mes en Cadavedo; y si hablamos de probar productos de la tierra, lo haremos en alguno de los rincones bucólicos del Bosque-Jardín de la Fonte Baxa en un picnic gourmet. Al caer la tarde, las miradas se dirigen a La Regalina, uno de los balcones más privilegiados de este litoral salvaje, con una energía especial y una sinfonía de colores que empieza al bajar el sol.

Estos son los planes de turismo slow para una escapada otoñal a Luarca-Valdés.

Camino del faro. Diego Sánchez

Un paseo por la historia marinera

«Luarca nació como refugio de pescadores; debe al mar su origen, su sustento y su engrandecimiento». Así lo recordaba el folclorista e investigador Modesto González Cobas al hablar de la capital del concejo de Valdés. En la desembocadura del río Negro, al final de un estrecho valle rodeado de acantilados, se abre una bahía al Cantábrico donde surgieron los primeros asentamientos de la villa durante la Edad Media. Nuestra primera parada en este recorrido medieval es el barrio de Cambaral.

Su origen, remoto y misterioso, ha sido vinculado a posibles desembarcos normandos en el siglo IX o a la figura legendaria del pirata berberisco Cambaral. Sin embargo, la explicación más probable del nombre tiene que ver con los “cámbaros”, los cangrejos de mar que abundaban en estas aguas. Sobre el Muelle Viejo, las casas de fachadas blancas se acumulan en la ladera que protege el puerto de los vientos del nordeste, con tejados de pizarra negra que relucen bajo el sol.

Caminamos por sus calles empinadas, subimos rampas y peldaños que estructuran el barrio del Cambaral, donde, junto con el barrio de la Pescadería, todavía reside la mayoría de la familia marinera de Luarca. De su pasado medieval apenas quedan rastros más allá de las leyendas que nos acompañan mientras recorremos la calle de la Atalaya, la Plazuela de la Mesa y el cementerio icónico hasta llegar al extremo de la Península del Focicón. Allí, el faro guía a los navegantes y la capilla de la Virgen de la Blanca, cuyo origen se remontan a un templo del siglo XIV, sigue custodiando la bahía.

«Arponeros astures de Luarca, dura raza señora del Océano, domadora del viento y de la ola, rival del ballenato entre la espuma”. Así se puede leer en uno de los 15 paneles de cerámica de Talavera que recrean episodios históricos de la villa, desde ataques normandos hasta la emblemática caza de ballenas. Acompañan a la Mesa de los Mareantes donde, desde la Edad Media, se reunía el Concejo de la Villa y, hasta el siglo XIX, el gremio de «Mareantes y Navegantes». Aquí se organizaban las campañas balleneras y se decidía si salir a faenar en días de clima incierto.

Descarga de pescado. Diego Sánchez

Visita a la Rula de pescado y restaurantes para morder el Cantábrico

La Atalaya, la capilla de la Virgen de la Blanca, la Mesa de los Mareantes o los barrios del Cambaral y la Pescadería son solo algunos de los lugares donde sentir la auténtica esencia marinera de Luarca. Pero hay un punto que concentra pasado, presente y futuro de esta tradición: el muelle. Uno de los más antiguos de Asturias, con cerca de treinta embarcaciones dedicadas a la pesca, y que cuenta además con un espacio abierto al público que permite adentrarse en toda la herencia marítima: la rula.

“La historia de la rula de Luarca se remonta a principios del siglo XX. En aquella época, Luarca era un pueblo de pesca artesanal, y el pescado se vendía directamente en la playa o en lonjas improvisadas”. Así lo explican desde la Cofradía de Pescadores Nuestra Señora del Rosario de Luarca. “Con el paso del tiempo, la actividad pesquera en Luarca se fue consolidando y la demanda de pescado y mariscos aumentó. Para mejorar la comercialización de los productos y asegurar una venta justa, los pescadores decidieron establecer un mercado organizado donde pudieran ofrecer sus capturas de manera más eficiente”.

De esta manera nació la Rula de Luarca, que recientemente abrió sus puertas al público como un espacio interactivo y expositivo. Allí se pueden conocer los orígenes de la lonja, las distintas artes de pesca y el funcionamiento de la subasta en vivo del pescado y marisco recién traído al puerto.

Horario: Lunes a viernes, mañana 10:00–14:00 h, tarde 16:00–20:00 h.
Subasta en vivo: 17:00 h.
Contacto: 613 411 185 (Carlota)

¿Dónde comer? En cualquiera de los rincones gastronómicos de la villa de Luarca le rinden tributo a los tesoros del mar. Desde los restaurantes del Paseo del Muelle, los del Puente del Beso pasando por el parque de Luarca, el Pilarín, la calle Aurelio Martínez, o la Avenida de Galicia

Buceo con Blue Dot Diving. Luis Laria

Exploradores de la costa oeste 

Travesía y pesca marítima con Calypso Experience. Desde el puerto de Luarca, Calypso Experience propone una forma diferente de descubrir la costa occidental de Asturias. Sus rutas en barco permiten explorar playas escondidas, acantilados y paisajes marinos que solo se aprecian desde el mar, mientras que sus jornadas de pesca recreativa son accesibles para todos los niveles, perfectas para familias, parejas o grupos de amigos.

Las embarcaciones están completamente equipadas y cuentan con guías expertos que muestran las distintas artes de pesca y comparten historias sobre la tradición marinera de Luarca, aportando contexto y enriqueciendo la experiencia. Ya sea navegando tranquilamente o probando suerte con la pesca, esta actividad ofrece una manera pausada de conectar con la cultura pesquera local y disfrutar del Cantábrico.

Buceo en un universo virgen. Hablamos del paisaje submarino de Luarca-Valdés. Montañas y paredes rocosas, bosques de laminarias, corales, anémonas y erizos conforman un ecosistema vibrante, refugio de lubinas, sargos, pulpos, rayas e incluso pequeños tiburones. Este litoral abrupto, con cabos y bahías, muestra un Cantábrico salvaje y colorido que sorprende a quienes se aventuran bajo sus aguas.

El centro Blue Dot Luarca, vinculado al Parque de la Vida, ofrece inmersiones y cursos PADI para todos los niveles, facilitando la exploración segura de este entorno. Aunque es posible bucear durante todo el año, primavera y otoño son los meses ideales, cuando las aguas se muestran más templadas y el mar, más tranquilo.

Degustación de quesos en Fonte Baxa. Elena Olay

Fonte Baxa: picnic en un jardín botánico

“En Fonte Baxa, creemos que la naturaleza es el mejor camino para encontrar paz interior y equilibrio en el día a día. Por eso, te invitamos a vivir experiencias únicas que te ayudarán a desconectar y reconectar contigo mismo”. Así lo expresan Elena y Beltrán al frente del proyecto Fonte Baxa.

Nos adentramos en el Bosque-Jardín de la Fonte Baxa, uno de los cinco jardines botánicos más grandes de Europa, para descubrir un espacio reservado para quienes buscan tranquilidad y exclusividad. Senderos entre camelias, hortensias, magnolios y rododendros, junto a fuentes italianas y columnas romanas, se mezclan con vistas a los valles que envuelven este espacio natural en constante transformación, creando un entorno donde la naturaleza y el arte conviven en armonía.

“Prueba nuestras experiencias gastro, que incluyen aperitivos asturianos con productos locales de primera calidad, perfectos para saborear el auténtico sabor de la región. Además, nuestras visitas guiadas son exclusivas y diseñadas para mostrarte rincones que solo aquí puedes descubrir. Si buscas algo diferente, no te pierdas nuestros picnics al aire libre, ideales para relajarte rodeado de naturaleza y buena compañía”. En Fonte Baxa proponen distintas actividades desde la parte privada del recinto Bosque Jardin de la Fonte Baxa, propiedad del Ayuntamiento de Valdés. Sesiones de yoga, mercados, conciertos o diferentes opciones gastronómicas ideales para disfrutar en esta temporada.Tras recorrer el jardín o simplemente para disfrutar de un momento de calma, en Fonte Baxa se puede degustar un aperitivo asturiano con una cuidada selección de quesos locales maridados con sidra con denominación de origen, escanciada como manda la tradición. También se puede vivir la espicha al aire libre, la tradicional reunión asturiana que aquí se celebra en plena naturaleza, con mesas largas y productos locales que invitan a conversar, compartir y disfrutar sin prisas; esta experiencia puede reservarse sola o combinada con la visita guiada al jardín. Para quienes buscan un momento más íntimo y relajado, los picnics en el jardín ofrecen una manera diferente de saborear la región, rodeado de vegetación y calma, en un entorno único y exclusivo.

“En Fonte Baxa entendemos la gastronomía como algo más que una forma de alimentarse. Es una manera de conectar con el entorno, con las personas y con la historia de un lugar. Trabajamos con productores locales y respetamos el ritmo de la tierra. Fonte Baxa es un lugar para disfrutar con los cinco sentidos, sin prisas, y con la certeza de que cada detalle está cuidado”, concluyen desde la empresa.

Cadavedo. Diego Sánchez

Un mercado tradicional y una puesta de sol en Cadavedo

El segundo domingo de cada mes, el pueblo de Cadavedo celebra el Mercau de Occidente, conocido como La Paradiella. Durante unas horas, la plaza de El Curión se llena de vida con puestos de productores y artesanos que ofrecen alimentos y objetos elaborados de manera local, siempre con un enfoque ecológico y sostenible.

Panes de masa madre recién horneados, frutas y verduras de temporada, miel, quesos y embutidos caseros, mermeladas o conservas tradicionales. Tampoco faltan los puestos de artesanía, con trabajos en madera, cuero y cerámica, pequeñas piezas de joyería en plata o ropa confeccionada con tejidos naturales. En cada puesto suele estar el propio productor, dispuesto a explicar el origen de lo que vende o la técnica con la que trabaja.

Además de la oferta de productos, el mercau se completa con talleres y actividades para todas las edades, un espacio de “micro abierto” para música y artes escénicas, e incluso sorteos de cestas con productos locales. Algunas ediciones incluyen un menú popular en el cercano Bar El Casino, para completar la visita en clave gastro. La cita termina hacia las dos y media de la tarde, pero muchos aprovechan para alargar el plan con un paseo hasta la playa de Cadavedo, antiguo puerto ballenero, o hasta la ermita de La Regalina. Nos asomamos a este balcón natural sobre el Cantábrico desde el que se divisa toda esta línea litoral quebrada con el cabo Vidio y los bosques que descienden desde las montañas y que rodean la campiña de Cadavedo. Al caer el sol de otoño, este enclave natural, coronado por dos hórreos, se llena de tonalidades rojizas y ocres regalando al viajero una estampa con una energía y magnetismo especial que hay que presenciar.

Costa occidental. Diego Sánchez

Lo + leído

Artículos relacionados