Ha dado a conocer su nombre en el mundo entero. El Queso de Cabrales es uno de los más cotizados dentro y fuera de nuestras fronteras. Su exquisito sabor y su inconfundible olor han convertido este queso azul en uno de los símbolos de la gastronomía asturiana. Y buena parte de su éxito se debe a su elaboración artesanal. Este manjar nace de la leche del ganado alimentado en pastos de montaña del concejo que le da nombre, Cabrales (Asturias). El municipio guarda tras sus verdes prados un auténtico paraíso digno de descubrir.
Los montes del concejo han sido testigos de la historia de la Humanidad a lo largo de los siglos. Su abrupto paisaje esconde, muy cerca del desfiladero de Las Estazadas, una gran galería que atesora la representación de bisontes mejor conservada de Asturias. La Cueva de la Covaciella fue descubierta en el año 1994 cuando se realizaban una serie de voladuras para ensanchar la carretera. En su interior se hallan un conjunto de pinturas rupestres en gran estado de conservación.
La colección de dibujos de bisontes, caballos, ciervos pertenece al arte paleolítico del periodo magdaleniense aproximadamente del año 14.100 a.C. A través de estas representaciones se pueden apreciar las principales técnicas que empleaban los pintores de aquella época. Aunque la cueva permanece cerrada al público, puede visitarse una réplica completa de la gruta en La Casa Bárcena.
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Este espacio, ubicado en Carreña, la capital del concejo, posee además una colección de pinturas dedicada a Enrique Herreros. El artista madrileño fue dibujante, es humorista, cineasta, montañero y pintor, además de convertirse en la primera persona que pernoctó, en 1933, en la cima del Uriellu, también conocido por los foráneos como Naranjo de Bulnes. Su obra es un fiel reflejo del amor a la montaña, uno de los principales atractivos que atesora el concejo.
La aldea ‘perdida’ de Bulnes
Y para disfrutar de la montaña con todas las letras no puedes dejar de visitar el pueblo de Bulnes. Se trata de una encantadora localidad situada a 649 metros de altitud y que apenas cuenta con 34 habitantes. Esta aldea ‘perdida’ en la montaña cabraliega cuenta con la particularidad de que no dispone de carretera. Durante muchos años, sus vecinos tuvieron que recorrer a pie un sendero a través de la Canal del Texu para llegar a Poncebos. Sin embargo, desde 2001 un funicular atraviesa las calizas de los Picos de Europa para conectar el pueblo con el resto del mundo. Esta circunstancia ha permitido que la vida en la aldea siga conservando su esencia como antaño. Un rincón de cuento en el que son visita obligada el cementerio de montañeros y la preciosa iglesia parroquial de San Martín.
Los miradores son uno de los principales reclamos del concejo. Auténticas atalayas desde las que disfrutar de la naturaleza en estado puro. Uno de los más emblemáticos es el mirador del Pozo de la Oración, situado muy cerca de Poo de Cabrales y con unas privilegiadas vistas del Urriellu y los Picos de Europa. También merece la pena asomarse desde la majada de Tebrandi, en las mismas faldas de la Sierra del Cuera, y al mirador Pedro Udaondo, ambos muy cerca de Asiegu. La localidad, Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias, en 2019, disfruta de unas espectaculares vistas de los Picos de Europa.
La singularidad del sistema kárstico dibuja un escarpado concejo regado de espectaculares paisajes y un entornó único para disfrutar del turismo rural y de aventura. El senderismo, el trekking, la escalada, las excursiones en raquetas de nieve, el esquí de montaña, la espeleología y el descenso de cañones son solo algunas de las aventuras con mayúsculas de las que podrás disfrutar en tierras de Cabrales.